Hiperdino, meses de infarto
El Grupo Hermanos Domínguez recupera el negocio alimenticio por 55 millones, el doble de cuando lo vendió en 1996
Imagen de uno de los 194 establecimientos de Hiperdino, localizado en la avenida Rafael Cabrera, en Las Palmas de Gran Canaria. | josé carlos guerra
El sueño se hizo realidad, no sin sufrimiento. Los hermanos José Abraham y Andrés Domínguez abren una nueva etapa en la cadena de supermercados Hiperdino, su bebé empresarial, que nació hace 30 años y ahora regresa a sus manos tras atravesar un sinfín de vicisitudes financieras. El alma que ha hecho posible esta proeza es el empresario Javier Puga, consejero delegado del Grupo Hermanos Domínguez, cuya habilidad ha sido crucial en la negociación con los 24 bancos propietarios de las tiendas. La noche del viernes se cerró el traspaso de poderes en Madrid, tras semanas de infarto.
HARIDIAN MEDEROS
LAS PALMAS DE GRAN CANARIASon incontables las horas sin dormir de los hermanos José Abraham y Andrés Domínguez y Javier Puga desde que se empeñaron en recuperar los supermercados de Hiperdino, después de 16 años de haber enajenado el negocio por 25 millones de euros. Todo comenzó en marzo, cuando el consejero delegado de Dinosol, Javier Pérez de Leza, en una conversación informal, les sugirió volver a tomar las riendas de la compañía en el Archipiélago. Esa propuesta permaneció en la mente de los tres inversores, que achacan alguna que otra cana a sus preocupaciones por la viabilidad de la empresa.
Los ocho meses de tira y afloja son un ejemplo de que la perseverancia tiene su recompensa. Las ojeras han dado paso a sonrisas de alivio después de que el pasado viernes, a última hora de la noche, sellaran un acuerdo definitivo con las 24 entidades financieras que asumieron la compañía a principios de 2011 por el impago de sus deudas. El fondo de capital riesgo Permira dejó huérfana a Hiperdino, con 400 millones de euros de pasivo y sin inmuebles.
El pasado 1 de marzo, el grupo de distribución Dinosol anunció la venta de la cadena de supermercados Supersol al grupo lituano Agile Finance, brazo inversor de un conglomerado empresarial al que también pertenece la cadena de distribución Maxima. Días después vendió también a Agile Finance Cash Diplo, su negocio mayorista de Cash & Carry en Península y Canarias. Sin embargo, Dinosol continuó como propietaria y gestora de Hiperdino en las Islas tras una inyección de 20 millones por el consorcio de bancos accionistas.
El pool bancario accedió el viernes a deshacerse de los establecimientos de alimentación tras cerrar las condiciones económicas. En virtud de las mismas, la sociedad AJA Inversiones, integrada por los Domínguez y Puga, se hace con el control de Hiperdino. Un total de 219 días de intensas negociaciones fructificaron este 5 de octubre, tras sortear cientos de escollos sobrevenidos especialmente desde la parte financiera. Todo estuvo a punto de darse al traste a última hora. Hubo que hilar muy fino en cada una de las más de 400 páginas del documento final.
Los discretos contactos para llegar a este desenlace se acentuaron desde mayo hasta que se suscribió un preacuerdo el 1 de agosto con los bancos. Ese día fue el pistoletazo de salida de una carrera contrarreloj. AJA Inversiones tenía hasta el 15 de septiembre para garantizar la recapitalización de la empresa y firmar el contrato el día 31 de dicho mes. Necesitaban 50 millones de euros, pero el camino no ha sido fácil. Primero contaron con el interés de un fondo de capital riesgo, que pretendía aportar el 49 % del capital necesario. En cambio, su oferta fue rechazada al contener una cláusula de venta futura de la empresa en 2017, propuesta que choca con la vocación de permanencia de AJA.
El 6 de agosto, el presidente del Grupo HD, José Abraham Domínguez, y Puga expusieron el plan de viabilidad previsto para Hiperdino al presidente canario, Paulino Rivero, que les ofreció su apoyo.
Ante la magnitud de la operación, sus obstáculos financieros y el elevado número de puestos de trabajo en juego -5.500 empleos directos-, el 29 de agosto el presidente canario, Paulino Rivero, convocó una reunión en Las Palmas de Gran Canaria con representantes de diez entidades bancarias y los empresarios del Grupo HD y Dinosol, para impulsar la compra de Hiperdino. Su mediación no cuajó. El cierre del crédito bloqueó la transacción.
Un conglomerado de cinco bancos se negó a concederles un préstamo de 24 millones de euros. Ello a pesar de que los empresarios isleños aceptaron prestar un aval personal hipotecario de seis millones de euros. Desechado el apoyo de la banca, Puga se sacó de la manga su Plan B para captar socios privados en el Archipiélago.
El 6 de septiembre los primeros dueños de Hiperdino disponían ya de 20 millones de euros de inversores isleños para asegurar la operación, pero aún era una cifra insuficiente. El 28 del mismo mes AJA Inversiones celebró su junta de administración, en la que entraron cinco nuevos socios del sector de la alimentación y promotoras inmobiliarias y se realizó la ampliación de capital. Gracias a Gestión y Asesoramiento 3000, Marasuaro, Lanzateide, Anita 2010 y Alumir captaron 35 millones de euros, que se suman a los diez millones que ya tenían los Domínguez y Puga.
El mismo 28 de septiembre los bancos dieron luz verde a la operación, que entró en su recta final. Desde ese viernes se fortaleció la conexión permanente vía telefónica y por Internet entre los cerca de 30 abogados de las entidades y los siete letrados del Grupo HD y Puga. El fin de semana permanecieron encerrados mirando con lupa cada papel, pues muchos documentos están en inglés y otros en español. Cada bando quería proyectar sus condiciones y garantías, con el fin de suscribir el trato el lunes 1 de octubre. No pudo ser.
La complejidad en la elaboración del contrato motivó el retraso de su firma a finales de semana. Su suscripción comporta la adquisición de Hiperdino por 55 millones, a pagar entre 2016 y 2019, además de otros 45 millones que entran ahora en la caja de la empresa. Los bancos accedieron a condonar la deuda de 60 millones de euros de los supermercados. La negativa de una decena de bancos puso en jaque el concierto en el último minuto, pero se sorteó. El viernes Puga y José Abraham Domínguez lograron en Madrid fraguar el acuerdo y alejarlo del precipicio. Superó con éxito la cadena de obstáculos y ahora toca "empezar a trabajar".
LAS PALMAS DE GRAN CANARIASon incontables las horas sin dormir de los hermanos José Abraham y Andrés Domínguez y Javier Puga desde que se empeñaron en recuperar los supermercados de Hiperdino, después de 16 años de haber enajenado el negocio por 25 millones de euros. Todo comenzó en marzo, cuando el consejero delegado de Dinosol, Javier Pérez de Leza, en una conversación informal, les sugirió volver a tomar las riendas de la compañía en el Archipiélago. Esa propuesta permaneció en la mente de los tres inversores, que achacan alguna que otra cana a sus preocupaciones por la viabilidad de la empresa.
Los ocho meses de tira y afloja son un ejemplo de que la perseverancia tiene su recompensa. Las ojeras han dado paso a sonrisas de alivio después de que el pasado viernes, a última hora de la noche, sellaran un acuerdo definitivo con las 24 entidades financieras que asumieron la compañía a principios de 2011 por el impago de sus deudas. El fondo de capital riesgo Permira dejó huérfana a Hiperdino, con 400 millones de euros de pasivo y sin inmuebles.
El pasado 1 de marzo, el grupo de distribución Dinosol anunció la venta de la cadena de supermercados Supersol al grupo lituano Agile Finance, brazo inversor de un conglomerado empresarial al que también pertenece la cadena de distribución Maxima. Días después vendió también a Agile Finance Cash Diplo, su negocio mayorista de Cash & Carry en Península y Canarias. Sin embargo, Dinosol continuó como propietaria y gestora de Hiperdino en las Islas tras una inyección de 20 millones por el consorcio de bancos accionistas.
El pool bancario accedió el viernes a deshacerse de los establecimientos de alimentación tras cerrar las condiciones económicas. En virtud de las mismas, la sociedad AJA Inversiones, integrada por los Domínguez y Puga, se hace con el control de Hiperdino. Un total de 219 días de intensas negociaciones fructificaron este 5 de octubre, tras sortear cientos de escollos sobrevenidos especialmente desde la parte financiera. Todo estuvo a punto de darse al traste a última hora. Hubo que hilar muy fino en cada una de las más de 400 páginas del documento final.
Los discretos contactos para llegar a este desenlace se acentuaron desde mayo hasta que se suscribió un preacuerdo el 1 de agosto con los bancos. Ese día fue el pistoletazo de salida de una carrera contrarreloj. AJA Inversiones tenía hasta el 15 de septiembre para garantizar la recapitalización de la empresa y firmar el contrato el día 31 de dicho mes. Necesitaban 50 millones de euros, pero el camino no ha sido fácil. Primero contaron con el interés de un fondo de capital riesgo, que pretendía aportar el 49 % del capital necesario. En cambio, su oferta fue rechazada al contener una cláusula de venta futura de la empresa en 2017, propuesta que choca con la vocación de permanencia de AJA.
El 6 de agosto, el presidente del Grupo HD, José Abraham Domínguez, y Puga expusieron el plan de viabilidad previsto para Hiperdino al presidente canario, Paulino Rivero, que les ofreció su apoyo.
Ante la magnitud de la operación, sus obstáculos financieros y el elevado número de puestos de trabajo en juego -5.500 empleos directos-, el 29 de agosto el presidente canario, Paulino Rivero, convocó una reunión en Las Palmas de Gran Canaria con representantes de diez entidades bancarias y los empresarios del Grupo HD y Dinosol, para impulsar la compra de Hiperdino. Su mediación no cuajó. El cierre del crédito bloqueó la transacción.
Un conglomerado de cinco bancos se negó a concederles un préstamo de 24 millones de euros. Ello a pesar de que los empresarios isleños aceptaron prestar un aval personal hipotecario de seis millones de euros. Desechado el apoyo de la banca, Puga se sacó de la manga su Plan B para captar socios privados en el Archipiélago.
El 6 de septiembre los primeros dueños de Hiperdino disponían ya de 20 millones de euros de inversores isleños para asegurar la operación, pero aún era una cifra insuficiente. El 28 del mismo mes AJA Inversiones celebró su junta de administración, en la que entraron cinco nuevos socios del sector de la alimentación y promotoras inmobiliarias y se realizó la ampliación de capital. Gracias a Gestión y Asesoramiento 3000, Marasuaro, Lanzateide, Anita 2010 y Alumir captaron 35 millones de euros, que se suman a los diez millones que ya tenían los Domínguez y Puga.
El mismo 28 de septiembre los bancos dieron luz verde a la operación, que entró en su recta final. Desde ese viernes se fortaleció la conexión permanente vía telefónica y por Internet entre los cerca de 30 abogados de las entidades y los siete letrados del Grupo HD y Puga. El fin de semana permanecieron encerrados mirando con lupa cada papel, pues muchos documentos están en inglés y otros en español. Cada bando quería proyectar sus condiciones y garantías, con el fin de suscribir el trato el lunes 1 de octubre. No pudo ser.
La complejidad en la elaboración del contrato motivó el retraso de su firma a finales de semana. Su suscripción comporta la adquisición de Hiperdino por 55 millones, a pagar entre 2016 y 2019, además de otros 45 millones que entran ahora en la caja de la empresa. Los bancos accedieron a condonar la deuda de 60 millones de euros de los supermercados. La negativa de una decena de bancos puso en jaque el concierto en el último minuto, pero se sorteó. El viernes Puga y José Abraham Domínguez lograron en Madrid fraguar el acuerdo y alejarlo del precipicio. Superó con éxito la cadena de obstáculos y ahora toca "empezar a trabajar".